Exploración
inconsciente, intuición, discernimiento y formulación lógica.
La primera fase, exploración inconsciente, es difícil
de explicar en razón de que ocurre fuera de los límites de la conciencia.
Usualmente implica la abstracción de un problema, cuya determinación mental es
probable que sea muy vaga. Sin embargo, los administradores que trabajan bajo
intensas presiones de tiempo suelen tomar decisiones prematuras antes que
ocuparse detenidamente de problemas ambiguos y escasamente definidos.
La segunda fase, intuición, sirve de enlace entre el
inconsciente y la conciencia. Esta etapa puede implicar una combinación de
factores aparentemente contradictorios a primera vista. En los años veinte, por
ejemplo, Donaldson Brown y Alfred Sloan, de General Motors, concibieron la idea
de una estructura divisional descentralizada con control centralizado,
conceptos que parecerían oponerse entre sí. No obstante, esta idea cobra
sentido si se toman en cuenta los principios subyacentes de 1) responsabilizar
de las operaciones al gerente general de cada división y 2) mantener en las
oficinas generales de la compañía el control centralizado de ciertas funciones.
Fue necesaria la intuición de dos grandes líderes empresariales para constatar
la posibilidad de interacción entre estos dos principios en el proceso
administrativo.
La intuición precisa de tiempo para funcionar. Supone
para los individuos la detección de nuevas combinaciones y la integración de
conceptos e ideas diversos. Para ello es necesario profundizar en el análisis
de un problema. El pensamiento intuitivo puede inducirse mediante técnicas como
la lluvia de ideas y la sinéctica, que se expondrán más adelante.
El discernimiento, tercera fase del proceso creativo,
es resultado sobre todo del trabajo intenso. Para desarrollar un producto útil,
un nuevo servicio o un nuevo proceso, por ejemplo, son necesarias muchas ideas.
Lo interesante del asunto es que el discernimiento puede resultar de la
concentración de ideas en cuestiones distintas al problema de que se trate.
Además, la aparición de nuevos discernimientos puede ser momentánea, de manera
que los administradores efectivos acostumbran tener siempre a la mano lápiz y
papel para tomar nota de sus ideas creativas.
La última fase del proceso creativo es la formulación
o verificación lógica. El discernimiento debe someterse a la prueba de la
lógica o de la experimentación. Esto se logra mediante la persistente reflexión
en una idea o pidiendo críticas a los demás. La idea de la descentralización de
Brown y Sloan, por ejemplo, tuvo que probarse en la realidad organizacional.
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